2005-08-06

Hace varios días que ya no te esperaba, pero sin decirlo, hoy te esperaba.
Tu llegada prometía semejarse casi a un milagro, tanto hace que te busco y no te encuentro, tanto hace que te espero y no llegás.
Pero hoy era especial. Era un día hablado por vos y yo. Era un día que intuía diferente y único.
Sólo que ha sido diferente y único no por tu llegada, sino porque no llegaste, tampoco hoy. Sé que aún te buscaré en las esquinas y sé que no tendré que buscarte para encontrarte dentro mío.
Pero me indicaste claramente que no te espere más.
Volveré a verte? Sos lo más parecido a un fantasma ahora.
Igual gracias, gracias por el trigo.
Y gracias por tu silencio que me ayuda a empezar a tratar de olvidarte.
.....
PS: ¡Me cuesta pensarme sin vos, me cuesta vislumbrarme como el fantasma en que acabo de convertirme, y coño que me cuesta pensar en salir de esta máquina y hablar con el mundo y hacer de cuenta que todo está bien cuando en realidad lo único que quisiera es desaparecer! Cómo te saco de mí? !

3 comentarios:

Fer dijo...

Muy lentamente, de la misma manera que se hace para sacarse una espina: con mucho ciudado de que no quede ningua astilla.

Un beso enorme y te sigo leyendo.

PPPP dijo...

Esperar a aquel q podria salvarnos del abismo, ese q podria ademas darnos todos los magicos secretos q ilusionamos cuando niños, o cuando mas viejos, o cuando simplemente hombres y mujeres intentando un paso q se asemeje mas al vuelo de un mirlo.

Pensar-nos en alguien... q dolor cuando ese alguien no nos piensa en nosotros...

Q habrà por aprender en ese tono? Q nota tocar cuando falta justo ese modo?

Abrazos... en mil colores...

Maga

Jean Georges dijo...

A veces uso un sacacorchos. El tipo entra despacio, con el rulo furioso atravesando la capa de corcho, la primera, la más suave. De a poco, la ruta se vuelve una cueva dura, fosilizada. El rulo lucha por seguir y quiere llegar a su destino de líquido caliente.
Y después de un par de vueltas que marean para perder un rumbo que no tenemos, después de tantas bajadas y subidas, la presión cede y podemos oler la uva que tenemos adentro, ya madura para ser tomada.